jueves, 2 de junio de 2011

Tema 15: Separación Profesional Medicina y Farmacia.


Tema 15: Separación Profesional Medicina y Farmacia.



Expedientes de Limpieza de Sangre
Y
Gremios

Guillermo José Aguilar Moreno
Javier Alía Bermejo


Guión:
1)   Introducción.
2)   Gremios: Evolución en España.
3)   Colegio Oficial de Farmaceúticos de Madrid.
4)   Expedientes de Limpieza de Sangre.
5)   Bibliografía.

















Introducción:

Durante la Edad Media, allá por el siglo XII, se produce la primera separación legal entre Medicina y Farmacia.
Sucede en Europa, en el llamado Reino de Arlés, situado al norte y al sur del río Ródano, en Francia. En las Leyes municipales de dicho Reino estaba reglamentado la realización de las profesiones relacionadas con la salud, así como la medicina y la farmacia.
Posteriormente, durante el reinado de Federico II en el Reino de las Dos Sicilias, en 1240, se publicó una reglamentación para la profesión sanitaria similar a la publicada en Arlés, pero en esta ocasión tuvo mayor relevancia en Europa.
Quedaba prohibida así la sociedad entre médicos y boticarios.
Esta separación fue debida a una serie de causas, una de las cuales fue la agrupación de los boticarios en gremios.
Como muchas otras profesiones la profesión farmacéutica se desarrolló en forma de gremios, los cuales agrupaban a diferentes comerciantes o artesanos de una misma familia de trabajo, cuando faltaban personas para formar estos gremios se asociaban entre ellos, los boticarios se asociaron además de entre ellos, con candeleros, cereros especieros, cirujanos y médicos.
La finalidad del gremio era económica y profesional pero tenían vínculos religiosos, y se ponían bajo protección de santos.
El acceso a los gremios estaba muy restringido, además de aprender como aprendiz de un boticario había que superar un examen en la ciudad, y además de eso para obtener el permiso de entrada al gremio era necesario un juramento profesional, una cierta riqueza monetaria, y atestiguamiento de pruebas de fe y de sangre. Debido al origen gremial se deben muchas de las estructuras farmacéuticas actuales.

Relación Histórica del Gremio de Boticarios con el Actual Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid: (Edad Media).
Ilustración de un antiguo laboratorio farmaceúticoEl actual Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid junto a la Real Academia de Farmacia, nacen en el año 1558 hermanados por un origen común. Desde entonces han unido fuerzas y criterios, con el claro objetivo de mantener las facetas Científicas y Profesional en una misma Corporación. Más de tres siglos duró esta unidad en los destinos Farmacéuticos, hasta que el primer Real Decreto de Colegiación Obligatoria de 12 de Abril de 1898, separó esta unión dando lugar a la creación del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid como institución independiente y autónoma.
Los antecedentes lejanos del corporativismo profesional entre los farmacéuticos se remontan a las asociaciones que surgieron en la Edad Media. Una de las primeras asociaciones registradas fue la creada por los Boticarios de la Villa de Madrid en 1589, año en el que constituyeron la "Congregación y Colegio de Boticarios del Sr. San Lucas y Nuestra Sra. de la Purificación", con sede en el Convento de San Felipe el Real, situado en el lugar que hoy ocupa el número uno de la calle Mayor.
Desde sus orígenes gremialistas y religiosos, este tipo de Congregaciones mantuvieron esta doble estructura, hasta que Felipe IV separó la función gremial de lo piadoso, momento en el cual la farmacia pasa a ocuparse de la Enseñanza, declarándola como Arte Científico mediante Pragmática del 13 de Marzo de 1650.
Por Real Cédula de Felipe V de 21 de Agosto de 1737, se crea el Real Colegio de Boticarios, confirmándosele todos los privilegios concedidos al Gremio por los Monarcas anteriores
En mayo de 1738, el Colegio celebró una Junta General, en la que se notificó haber recibido del Protomedicato un oficio, concediendo al Colegio la cesión de la Farmacopea Matritensi, para su impresión, venta y beneficio, así como el fomento del Censo y Enseñanzas Farmacéuticas.

La misión científica del Colegio fue también ampliada por Felipe V, encargándole la Enseñanza de Química y Botánica. El Colegio confeccionó la Tarifa y Petitorio, así como el emblema que en la actualidad ostenta la Real Academia de Farmacia, que consiste en un jardín con flores de ruda, romero y melisa, con una colmena de abejas y la leyenda "medicamenta non mella", tomada del viejo Plinio, libro XI, Capítulo 14. En este mismo año, se instala el Colegio en una casa de la calle Don Pedro, donde celebraba sus sesiones.


En 1742, la Corporación en defensa de su función profesional acordó pleitear contra los drogueros de Madrid, por sus muchos abusos y también contra un poderoso enemigo de los Boticarios; como eran las Comunidades Religiosas de España. Estas, en contra de las Leyes de la Nación y de las Bulas Pontificias, establecieron Boticas en los Conventos, no solamente para uso interno, sino para despachar al público. Satisfactoriamente para los Boticarios la lucha que finalizó veinte años más tarde.

El Real Colegio en 1748 nuevamente se muda, esta vez a la calle de Barquillo esquina a Saúco, (hoy Prim),. En la sede se instaló un Laboratorio Químico y un jardín de plantas. Entre las actividades que desarrolla en defensa de su función profesional merece destacar: prohibir la venta en los herbolarios de purgantes drásticos y abortivos como coloquíntida, eléboro, turbit y sabina entre otros. Por otro lado y a petición del Conde de Aranda, los boticarios desde 1766 estaban obligados a usar sombreros de tres picos en atención a su distinguido empleo.
Desde su creación en 1732 el Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid definió claramente su vocación científica, así en el apartado I del Estatuto se plantea como objetivo "el cultivo y adelantamiento de la Pharmacia, Chimia, Botánica e Historia natural". Esta vocación científica abarcaba la defensa de la profesión y la erradicación del intrusismo ejercido por parte de herbolarios y drogueros.
La 2ª Edición de la Farmacopea Matritensi ve la luz en 1762, pocos años más tarde el Real Colegio se trastada a la calle Relatores, donde instala un laboratorio y las Cátedras de Química y Botánica. Poco tiempo después Carlos III separa el Protomedicato en tres ramas diferentes, así se divide en Medicina, Cirugía y Farmacia. A la vez se crean nuevos exámenes para los Boticarios.
En el año 1787, necesitando más amplitud para sus locales, se trasladó el Colegio a la calle de Atocha nº 147, instalando también el Laboratorio Químico, jardín de plantas y Biblioteca, estableciendo allí las primeras enseñanzas de Química y Botánica.
La venta de la Farmacopea, Tarifa, Petitorio y el beneficio exclusivo de la elaboración de la Triaca, producían al Colegio muy buenos ingresos, que le valieron para organizar las Enseñanzas Científicas, creando la Cátedra de Botánica para  mancebos, como  se  llamaba los jóvenes estudiantes que practicaban en la Boticas.
 En el año 1793, se editó la 1ª Edición de la Farmacopea Hispana. Edición que 3 años más tarde sería corregida debido a defectos en las preparaciones dando lugar a la 2ª farmacopea hispana en 1796.
En el año 1804, el Estado crea La Escuela de Farmacia de San Fernando, con las mismas enseñanzas científicas que tenía el Colegio. Ambas instituciones colaboran desde un principio, así el propio Colegio cede su local social, laboratorio, etc., en Atocha 147, domiciliando en él a la naciente Escuela de Farmacia de San Fernando, precursora de la Facultad de Farmacia.

Hasta 1814, las enseñanzas de Farmacia estuvieron ocupando las dependencias de la sede del Real Colegio, en Atocha 147 trasladándose este año por disposición de la Junta Superior Gubernativa de Farmacia a la calle Barco. Desligándose así el Real Colegio de aquella fundación que había creado como facultad de Farmacia, llamada entonces Escuela de San Fernando.
Antiguos frascos de medicinas
Antiguos frascos de medicina.

En 1815 Fernando VII considera a la clase farmacéutica, otorgándole el Privilegio de Facultad Científica.

En 1834 la Real Junta Superior Gubernativa de Farmacia, solicitó informe al Real Colegio sobre el mejor procedimiento para formar un Reglamento que había de regir las Enseñanzas de Farmacia.

En 1836 el Colegio propuso como medida vital para la farmacia, el establecimiento de Colegios Farmacéuticos en todas las capitales de provincia, pues consideraba que la profesión estaba en decadencia debido fundamentalmente a la pobreza de la nación y a la falta de legislación farmacéutica.
Esta dualidad científico-profesional en la actividad de este Colegio se aprecia en los Estatutos de1855 encabezados por el primer artículo que definía la institución como "una asociación científica de profesores de Farmacia", cuyo objetivo es "promover y propagar los adelantamientos de dicha ciencia y sus auxiliares, velar por el buen orden en el ejercicio de la profesión y contribuir al decoro y prosperidad de la clase farmacéutica".
Expedientes de Limpieza de Sangre
Las informaciones de legitimidad y limpieza de sangre se expandieron en España, a finales del siglo XV y surgieron como un instrumento de control social para excluir a determinados grupos humanos como los judíos, conversos, moriscos, herejes y protestantes con el propósito de evitar que estos ocuparan puestos y cargos públicos en instituciones, religiosas, militares y civiles. Desde la perspectiva de los “cristianos viejos” o “cristianos puros”, las creencias judías, la pronta conversión de los cristianos nuevos, las ideas subversivas del protestantismo y de herejía ponía en riesgo el poderío civil y religioso de los autodenominados “defensores de la fe católica”, ya que implicaba la posibilidad de actos de traición e infamia que sólo los de “sangre contaminada” podrían causar.
En un extracto del libro “Anales Histórico-Políticos de la Medicina, Cirugía y Farmacia”, escrito por el Dr. Don Manuel Fdez. de Gregorio, hayamos los porqués y la finalidad de estos expedientes de limpieza de sangre:
“[…] Ya sabe V. que se nos exige veinticinco años de edad en señal de la prudencia y madurez que deben tener unos depositarios de los medicamentos y de los venenos…Nos piden las leyes no haber ejercido nosotros ni nuestros padres y abuelos oficios mecánicos y viles, porque extraídos los boticarios de gentes nobles, tendrían más decoro, más temor de envilecerse, cometiendo alguna bajeza, son menos corruptibles para entrar en planes de asesinato meditado, de ayudar a algún aborto, y otras cosas…Por estas y otras causas tenemos que probar lo que llamamos Limpieza de Sangre, y que nuestros padres han ejercido oficios honoríficos, o que no se oponen a la nobleza de la medicina…Tenemos que probar una pública profesión de nuestra religión católica, apostólica y romana…que la deben haber profesado nuestras ascendientes hasta la quinta generación…De suerte que si alguno ha sido judío o procesado por la Inquisición por este motivo, o por heregía o apostasía, no puede obtener el título de Licenciado en Farmacia[…]”

No hay comentarios:

Publicar un comentario